domingo, 3 de marzo de 2019

Europa

Si, Europa, o "Iropa", como te llamaba aquel viejo amigo, maestro del afecto y de la partida, João, o Juan, como le decíamos; la Vieja Europa, como le llama mi costilla de Adán... al final es un lugar bastante particular: Atractivo pero distante, imperial pero sin brillo, oxidado pero vibrante, altisonante pero sin ruidos, una plaza de contradicciones en sí misma, que se adorna vehementemente con las pocas notas de su vieja gloria ... de sus añejos tiempos... 




Europa... la inconforme pero consciente,  la que diezmó un continente y medio en nombre de una cruz y ahora nos acusa de revisionistas, y nos dice que nuestro apego a la historia, carece de sentido y de razón...-“porque no mataron a tu abuela”-les respondía el viejo Nestor, con su cara arrugada y su semblante impregnado del dolor derramado por sus antepasados, decía el; quien aunque no les conoció, ni mutuamente sabrían quienes son, mantenían en su espalda en enorme peso del dolor del eterno perdedor,  el que nunca  pudo ganar ni ganará batalla alguna...



Si, la Europa blanca ... pintada de marrón, mestiza sin saberlo, morena, negra o rubia pero del este... esa Europa con copete y nariz fina... esa Europa que fue y aún no sabe que no existe..., prepotente y distraída pero que presume de sabia... si... esa Europa...

Esa Europa, que pese a sus defectos, ha conquistado más derechos y libertades que muchas otras tierras... esa Europa que más nos vale cuidar, que dejar caer en esos difusos extremos, todos iguales...

Si, esa Europa de los Derechos Humanos aprendidos y conquistados  a sangre y fuego... logrados en verdirojos campos, a la que sólo le queda el ego... y las historias de un pasado que se niega a retirarse y reparte invitaciones para volver a empezar ... una vez más... siempre ...



Dr. Jesús E. Martínez M.(Ph.D)



martes, 3 de marzo de 2015

Artículos Académicos Publicados en revistas Científicas que demuestran el Fraude Electoral en Venezuela

Dejaré los links de revistas científicas de renombre internacional, que demuestran que en Venezuela el sistema electoral es Fraudulento:

El Más reciente:

"Forensic Analysis of Venezuelan Elections during the Chávez Presidency"  

  • Published: June 27, 2014
http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0100884 
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Listado de "papers" (artículos científicos) compartidos y disponibles en Esdata:

http://esdata.info/papers

"Hacia la Transición democrática y la Reconciliación Nacional"

Dr. Jesús E. Martínez M
Ph.D

miércoles, 21 de enero de 2015

Seres Monoculares

Aunque la expresión "Seres monoculares" tal vez no exista, me siento rodeado de seres monoculares, seres que solo “ven una sola cara de la moneda”, de seres que solo ven un lado de las cosas, y me viene esta percepción, con todo lo que sucede a mi alrededor, comenzando por los atentados de París, donde hay quien condenaba el terrible atentado, y hay quien lo compara con otro como si por compararlo con algún hecho más atroz, podría entonces restársele importancia a las aberraciones humanas, por favor, tenemos dos ojos, dos orejas, pensemos y escuchemos un poco más, no hay una visión única de nada, pensemos libremente (aunque esto debería ser una frase con redundancia no lo es).



Para mi es tan grave los ataques indiscriminados de militares, o milicianos, o disfrazados, en todos el mundo contra la población civil, llámense americanos, palestinos, israelíes, etc., que los ataques que una persona hace contra otra, los asesinatos en manos de la delincuencia, para mi es grave el sufrimiento de cada ser humano más si es infringido, en la mayor parte de las veces por seres humanos, pero el tema es como apuntarse a un lado, porque todo el mundo quiere hacerlo, los buenos son “A”, los malos son “B”,  y claro, el malo siempre es el otro y los enmascaramos cobardemente en ideologías, que al final solo sirven para separarme del otro, para justificar mi creencia de que los demás están separados de mi.



Y no, me niego a tener que “quitarle importancia” a una atrocidad, para darle mayor énfasis a otra, ya sabemos que las vidas no valen lo mismo según donde nacemos, lamentablemente, pero si queremos que esto cambie, debe comenzar por nosotros, los que nacimos del lado donde las vidas no se cuentan por números de muertos, sino por el dinero que representan sus recursos naturales.

Me viene a la cabeza una canción de Pablo Milanés que se llama “La vida no vale nada”… en una de sus estrofas dice: “La vida no vale nada, si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar, mi corazón que se apaga.”.


Insisto, me niego a creer que tengo que contrarrestar la barbarie humana con más barbarie, es “leguleyería” de oficio, es populismo disimulado, fariseísmo moderno, llámese como se llame; el realidad todas las penas humanas son mis penas y la de todo ser que se auto-reconoce como ser libre, defensor de la libertad y la igualdad, no debería caer en estos juegos; es como la tontería de "O soy del PP o soy de Podemos", pues no, de ninguno de los dos.

Condeno todo acto violento, represor y terrorista venga de quien venga y vaya  donde vaya, basta de convencionalismos, la política no es de derechas ni de izquierda, parece que es más de arriba y de abajo... y ¿Dónde estamos nosotros?


Dr. Jesús E. Martínez Marín
Ph.D

miércoles, 14 de enero de 2015

¿PELIGRO EN LAS ACERAS DE BARCELONA?

Estoy en Barcelona desde el año 2003 y en estos años he visto evolucionar la ciudad en aspectos impresionantes,  que admiro sin lugar a dudas, gracias a  la madurez de esta sociedad.

Por otro lado, uno de los temas que más me preocupan, es que la seguridad del peatón o viandante, en mi opinión, ha ido disminuyendo con el tiempo; por ejemplo, cruzar un semáforo, ahora es más difícil, sobre todo para personas mayores,  o discapacitados, gracias a las motos y a que “cuando cambia el semáforo para el peatón- que no para los coches- las motos y los coches arrancan” y si no corres, tienes el riesgo de ser atropellado, encima te pitan y hasta hay quien le dice cosas a los peatones.

Situación diaria en algunas calles de Barcelona

Ni que decir de las motos circulando por las aceras, cada día, en especial, donde lo noto yo, el tramo de la gran vía de las cortes catalanas entre la calle Padilla y la calle Castillejos; donde hay un semáforo en el lateral de la gran vía (lado mar), que ralentiza el tráfico, y las motos para ahorrarse el semáforo, a toda velocidad se suben a la acera de la gran vía y ya vuelven a coger la calzada a la altura de la Calle Padilla; cabe destacar que es una zona residencial, ya que son portales de edificios, y cada mañana, cuando paseo a mis perros, tengo que ir con cuidado no me atropellen en la acera, y avisando a los abuelos que van al kiosko de periódico de la esquina, que cuidado detrás que viene una moto…

Gran Vía de Les Corts Catalanes entre Castillejos i Padilla (Fuente Google)

Investigando la ordenanza municipal, esto debería ser sancionado, la ordenanza dice lo siguiente:

Ordenança municipal de circulació de vianants i vehicles - Relativo a “Estacionament en vorera”

L'article 40 de l'ordenança municipal, va ser modificat el 7 de març de 2007, i descriu els llocs on es permès que estacionin les motocicletes. Art. 40. Motocicletes i ciclomotors

f) Accedint a les voreres, andanes i passeigs amb el motor parat i sense ocupar el seient. Únicament es podrà utilitzar la força del motor per salvar el desnivells de la vorada, sense que es pugui accedir pels passos destinats als vianants amb el motor en marxa i assegut en el seient.

Es decir, "que no se puede ir por las aceras con la moto (y menos a toda velocidad), sino que en las aceras se debe parar el motor siempre sin ocupar el asiento"

Sin ir más lejos, hace poco denuncié a través de la red social twitter, que un motorizado de telepizza casi atropella a mi familia, mis perros y a mi, que salimos a dar un paseo en domingo por la noche, incluso le hicimos señas para que se detuviera, ya que estábamos en la acera, y aceleró; me acerqué a donde estaba aparcado y saqué fotos de la matrícula, pero @telepizza_es no responde ni se da por enterado, y el ayuntamiento @bcn_010 me ha enviado la web donde se hacen las denuncias para que formule una…




Pero ¿Qué pasa con la vigilancia de la seguridad de los viandantes? ¿Es que todo el mundo tiene que cumplir la ley , excepto si vas sobre dos ruedas? ¿Alguien multa estas infracciones?

Lamento ver la impunidad que pone en riesgo la vida de las personas...

Dr. Jesús E. Martínez M
Ph.D


jueves, 13 de noviembre de 2014

ARTÍCULO DE ARTURO USLAR PIETRI: Este es un país muy infortunado





Arturo Uslar Pietri: Este es un país muy infortunado 

Entrevistado por Rafael Arráiz Lucca

En su momento link: http://www.lasverdadesdemiguel.net/noticias.asp?id=2075&co_clasif=25


Recordar a Arturo Uslar Pietri (1906-2001) nunca está demás en esta época de incertidumbre, especialmente porque en los últimos años de su vida se le consideró la conciencia del país. A continuación parte de una serie de entrevistas realizadas por Rafael Arráiz Lucca pocos meses antes de su muerte. En ella habló sobre algunos tópicos históricos, aspectos de su vida y de su obra literaria, y emitió su opinión sobre políticos que nos han gobernado en la últimas décadas y de las perspectivas del país . 


Sin duda, el tema sobre el que Uslar habla con mayor fruición es el de Venezuela. A sus 94 años sigue siendo la obsesión principal de su vida intelectual, el objeto de su permanente angustia, de allí que en la comprensión de la venezolanidad, en su estudio, halle agua para su sed de respuestas sobre el país, y la naturaleza del venezolano. Más aún, en pocas personas como en Uslar se ha dado una consustanciación entre la vida del país y la propia, de tal magnitud. Por momentos, incluso, pareciera que su vida privada estuviera supeditada a los avatares venezolanos. Desde muy joven comenzó a tejerse esta simbiosis entre el país y su vida, al punto en que la situación de aquel determina el ánimo de éste, de manera asombrosa. 


– Habría que hacer un estudio sobre cómo han visto los venezolanos a Venezuela. Esto fue en la colonia un país muy pobre, un país que no producía prácticamente nada, y después de la independencia continuó siendo un país muy pobre, un país de aventureros, un país de buscadores de El Dorado, de minas. Esto no tuvo nombre, sino muy tarde. Esto fue Tierra Firme hasta que apareció tardíamente el nombre de Venezuela, ese nombre tan curioso, un nombre despectivo, completamente, es el nombre de la pequeña Venecia, la ridícula Venecia. Esto durante gran parte de la colonia fue Tierra Firme, la primera tierra firme con que tropezaron.

– Los indígenas la llamaban Paria y Maracapana. 

–En la costa, recuerde que no había nombre genérico, ya que no había unidad interna, aquí no hubo un orden indígena, esto no tenía nombre ni centro, estaba poblado por tribus diferentes, con grados diferentes de desarrollo, tribus guerreras, como los Caribes, o tribus agricultoras, elementales. Esto no era México, ni el Perú, ni siquiera lo que fue Bogotá.

– Se parecía a la situación de la Argentina. 

– Sí, tiene algún parecido, aunque la Argentina tuvo la vinculación con el Perú, y eso significó mucho, y con el Atlántico. Pero a la Argentina no fueron a buscar El Dorado nunca, fueron a buscar el camino para entrar al Perú. En cambio, en Venezuela desde el principio se estuvo buscando tesoros, buscando riqueza, buscando El Dorado. Curiosamente, se buscaban minas en un país que no era minero. Se buscó oro y no se encontró en grandes cantidades, no hubo una riqueza aurífera que se explotara durante la colonia, no hubo vetas. Además, nosotros hablamos de Venezuela con mucha facilidad, Venezuela no era sino una parte mínima del territorio, la parte occidental del cabo Codera, por eso hubo dos colonizaciones distintas y dos regímenes coloniales distintos. La primera vez que aquí hubo una administración que cubría el país entero fue 60 o 70 años antes de la independencia, ese no es el caso de ningún país latinoamericano. Insisto, esto no era México ni el Perú. Cuando los españoles llegaron aquí no había una ciudad en ninguna parte, no había una estructura en ninguna parte, no había ni siquiera un nombre en conjunto. El país no existía como país. Yo siempre he dicho que si al padre del Gran Mariscal de Ayacucho le hubieran preguntado si era venezolano, hubiera dicho que no, que él era oriental, que él era de Cumaná, de la provincia de Cumaná.

– Esos colonizadores españoles, siempre se ha dicho que no eran las personas más calificadas, si se las compara con los puritanos que poblaron Nueva Inglaterra. Desde siempre ha habido esta leyenda negra. 

– Sí, pero eso es otra cosa distinta. Los españoles que vinieron a Venezuela eran aventureros que venían buscando riqueza, y los hombres que poblaron Nueva Inglaterra eran hombres que emigraban de Europa con ideales religiosos, con concepciones políticas, venían a construir una sociedad justa, son dos procesos completamente distintos.

–Pero que pueden explicar en gran parte los distintos desarrollos que hemos tenido. 

– En gran parte lo pueden explicar, pero es eso, son dos mentalidades distintas. La colonización normal de Venezuela ha debido hacerse por el Orinoco, no se hizo así, tampoco se hizo central, se hicieron dos: una por oriente y otra por occidente, ajenas la una a la otra. La imagen que los venezolanos hemos tenido de Venezuela es muy curiosa, es la de un país conquistado, no es la imagen de un país que se hace.

– ¿En qué sentido conquistado? 

– Bueno, que no había cultura anterior, no había centro indígena. Aquí se buscó El Dorado y no se encontró nada, afortunadamente, si se hubieran encontrado las minas que se encontraron después, quién sabe lo que hubiera pasado.

– El Dorado se encontró siglos después con el petróleo. 

– Ah bueno, claro, pero bajo otra forma distinta, y ha traído como consecuencia que este país no se desarrollara, no se formara, se hizo un país subsidiado, un país rentista, esa cosa horrible que es ser un país rentista. Venezuela es un país que no vive de su trabajo, vive de la renta petrolera, que la maneja el Estado, que le cayó al Estado como un don del cielo, y los venezolanos no hemos sido capaces de hacer eso que yo dije hace 60 años, y que me he cansado de repetir sin que nadie me haga caso, hay que sembrar el petróleo.

– ¿Y la nacionalización no trajo beneficios, tampoco? 

– Tampoco se le puede cargar la mano a la nacionalización y decir que trajo solamente cosas malas. En cierto modo era inevitable, dada la mentalidad que había y la clase de gente que estaba gobernando.

– Pasemos a otro punto, doctor Uslar, de las figuras de la independencia: ¿cuáles son las que más le interesan? 

– De allí salieron hombres muy importantes y muy influyentes, hombres como Roscio, como Simón Rodríguez, que fue un personaje muy revelador, que explica muchas cosas. Tenía un pensamiento utópico, era un hombre de su tiempo, con grandes influencias de fuera. Por cierto, yo hice buscar la partida de nacimiento de Rodríguez, es muy curioso, en la partida de nacimiento aparece como hijo de una mujer, no aparece como hijo de ningún hombre, y el nombre de la madre está tachado en el Registro.

– ¿Y Miranda? 

Es que Miranda no es una figura venezolana, Miranda es una figura latinoamericana, una figura del proceso grande y transformador que unió a todo el continente. Yo creo que él nunca se sintió venezolano, él se sentía americano. Por otra parte, yo creo que la historia nuestra ha estado muy mal escrita, con prejuicios antiespañoles o proespañoles y, después, cuando se hizo una tentativa de rescate y revaloración de nuestra historia, se cayó en justificar tesis sociológicas, las tesis positivistas de Arcaya, Vallenilla Lanz y Gil Fortoul. Antes, nuestra historia era la de Venezuela heroica, una historia de héroes, una Ilíada en lugar de una verdadera historia. Fíjese en todas las diferencias que hay entre Colombia y Venezuela, en cuanto al carácter nacional, la estructura económica del país, la historia del país, ya dijimos que éste fue un país que se estructuró tardíamente. Por otra parte, a mí siempre me ha llamado la atención la relación tan rica que tuvo Venezuela con las islas de las Antillas, que es un caso único, porque los demás países no tuvieron eso, y nosotros sí, estábamos frente a un collar de islas protestantes, revolucionarias, a 4 o 6 horas de navegación en vela, estábamos en islas herejes que nos trajeron un contacto valiosísimo, privilegiado con otras formas de pensamiento. Este hecho, realmente, hace que nuestra historia sea distinta a la de los demás países latinoamericanos y este hecho, francamente, no lo vemos con la importancia que merece.

– ¿Usted cree que puede hablarse de virtudes colectivas en el venezolano? 

– Creo que tenemos muy pocas virtudes en el sentido tradicional de la palabra. Claro, no es que somos una manada de ineptos o de imbéciles, de mala gente, pero virtudes colectivas nunca las hemos desarrollado. Hemos sido muy dispersos, muy individualistas, muy gente de alzamientos, compare usted la historia de Venezuela con la de nuestros vecinos. Realmente era muy difícil que aquí no se cometieran muchos disparates. La situación en el siglo XX venezolano ha sido extraordinariamente inusual y corruptora, la situación de un país pobre, muy atrasado y muy ignorante que de pronto tiene un Estado inmensamente rico, y que esa riqueza no se debe al trabajo nacional. El gobierno se convirtió en el principal agente de enriquecimiento y no hubo clase dirigente, esa es la verdad, en otros países si la hubo y muy poderosa y muy eficiente, en Colombia, para no ir tan lejos, en el Perú, para no hablar de la Argentina. Venezuela desde la independencia no ha tenido clase dirigente, hemos tenido gente que oye cosas por aquí y por allá y ha tratado de hacer lo que puede, somos gente muy inmadura, muy superficial. A este país le cayó encima una montaña de recursos y no fue capaz de emplearlos medio sensatamente. Hay que recordar siempre que esto tuvo un centro muy tardíamente, recuerde que la estructura actual de Venezuela y Caracas como centro se consolida con la generación que hace la independencia.

– Sin embargo, la Caracas que describe Humboldt está lejos de ser paupérrima. 

– Sí, pero recuerde que él describe la vida de las clases altas y el desarrollo agrícola que se logra en ese medio, pero aquello reposaba sobre la esclavitud, sobre una estructura no muy sana y sobre el cultivo de las perlas. La relativa prosperidad que tuvo Venezuela durante la colonia se debió a las perlas, mientras buscaban el oro que no encontraron nunca. Aunque también hay que estudiar el caso de la Guipuzcoana que fue positivo, fue lo que tendió un vínculo con la parte más adelantada de España, el País Vasco, la parte que tenía mayores posibilidades de desarrollo.

– ¿Siempre hemos sido un país descuadernado, desbaratado? 

– Este ha sido un país muy peculiar, muy contradictorio, muy impredecible, muy sin esqueleto. El día que se escriba la historia de los venezolanos con la riqueza petrolera eso va a ser espantoso. Ese es uno de los hechos históricos más significativos y más inexplicables que ha tenido ningún país latinoamericano, a ninguno le llovió de repente una riqueza gigantesca, que equivale a seis o siete planes Marshall. Este es un país sin cabeza, sin clase dirigente, inmaduro.

– ¿En estado de adolescencia permanente? 

– Yo no me atrevería a decir que en estado de adolescencia porque la adolescencia es un proceso de maduración y yo no veo aquí síntomas por ningún lado de eso, todo lo contrario, más bien pareciera que estamos condenados a vivir en ese limbo, en la falsificación de la historia y de los hechos, es curioso. Sin embargo, este es un país que ha hecho cosas importantes y que ha dado hombres importantes, este es el país de Bolívar y de Bello, pero de eso no queda nada. Siempre hemos tenido una tendencia a sustituir la realidad, a ver las cosas de otra manera. Yo creo que aquí no se ha hecho la necesaria indagación sobre la imagen de Venezuela, que siempre ha sido una imagen falsa y una imagen de riqueza sedienta y de búsqueda de lo mágico. Desde la búsqueda de El Dorado aquí no se trabaja, aquí no se ha colonizado el territorio, se ha ocupado el territorio. 


Los hombres de su tiempo 

A lo largo de nuestros diálogos el doctor Uslar ha emitido juicios sustanciales sobre sus compañeros de viaje, bien sea que se trate de sus amigos o de los hombres de su tiempo vital, que no necesariamente ocupan un lugar en la casa de los afectos. He preferido separar las aguas y ofrecer el juicio en capítulos distintos. El lector comprenderá por qué. Algunas veces lapidario, otras más dado al matiz, lo cierto es que estas opiniones no ofrecen desperdicio, y se fundamentan en valoraciones más racionales que emocionales, aunque no puede pedírsele a nadie que la emoción se mantenga alejada totalmente del juicio. 

– Rómulo Betancourt en aquella ciudad pequeña era un tipo conocido, era periodista. Muy enamoradizo, con poco éxito y, por supuesto, muy ambicioso, lleno de ambición, muy autoritario.

– Luego la vida lo cambió un poco, ¿no? 

– Debió cambiarlo un poco, me imagino yo. Recuerdo que en su segundo período, ya Presidente electo constitucionalmente, tuve que hablar con él, él siempre me trató muy bien. En aquella oportunidad me dijo: “Estos izquierdistas venezolanos son unos pendejos, nunca han entendido qué es lo que hay que hacer. Lo primero que hacen es levantar una bandera antiamericana, esa es una estupidez, la revolución hay que hacerla, pero hay que hacerla con los Estados Unidos”. Era un hombre con un potpourrí atravesado, no tenía ningún estudio serio, un hombre de mucha ambición y de mucha audacia.

– Pero algunas veces le sonó la flauta. 

– Sí, claro. Tenía mucho instinto, por ejemplo después del golpe del 45 salió a buscar a un mascarón y Gallegos se prestó. Betancourt utilizó muchísimo a Gallegos. Y Gallegos era un hombre muy débil, muy perezoso mentalmente, la obra de pensamiento de Rómulo Gallegos no existe. Nada, ni un artículo. Era muy timorato, le costaba muchísimo tomar decisiones. En ese panorama Gonzalo Barrios era distinto. Primero, Gonzalo era un hombre de mucha simpatía personal, era buena persona. En ese grupo había muchos resentidos, él no, él era abierto y franco, con muchas limitaciones, claro, pero no era un sectario, no lo fue nunca, ni fue un malvado tampoco, y yo me atrevería a decir que no fue deshonesto.

– ¿Y Leoni? 

– Yo a Leoni lo conocí muchísimo, porque fuimos condiscípulos en la universidad. Era muy buena persona, con una formación incompleta, pero era un hombre sereno, y en general yo creo que su actuación no fue mala en aquel desbarajuste que se produjo con el golpe de estado del 45.

– ¿Y Picón Salas? 

– Mariano vino tardíamente. El pasó casi toda su juventud en Chile, y cuando vino a Venezuela era prácticamente un extranjero, sin vinculación con nadie, era muy timorato, Mariano. Además, Venezuela era un país muy bárbaro, muy incivilizado, y Mariano se había formado en Chile. 

– ¿Cómo ha sido su relación con Caldera? 

– Caldera es un hombre muy raro. Yo creo que, básicamente, es un hombre muy limitado de horizontes y tiene, en el fondo, una tendencia autoritaria y monástica. El tuvo mucha influencia falangista en la época de estudiante, en la época de la UNE. Nosotros tuvimos un famoso debate por televisión, organizado por Carlos Rangel. La noche del debate en que salí de mi casa para la estación de televisión, la ciudad estaba vacía, todo el mundo estaba pegado al televisor, esperando. Desde que llegamos al canal, Caldera estaba interesadísimo por decidir quién comenzaba a hablar primero y a mí me daba lo mismo, hasta que lo decidimos con una moneda. A lo largo del debate él me preguntó con mucha insistencia si yo era anticomunista, y me reclamaba que yo nunca hubiese dicho que era anticomunista. Le dije que no, que yo nunca sería anti-nada, porque no soy un fanático. El fue falangista. Recuerdo que en una época aquí hubo gente que trató de ponernos de acuerdo a Caldera y a mí, pero no se logró nada. Una señora muy amable y gentil organizó unos almuerzos en su casa, en los que nos encerraban a Caldera y a mí para que habláramos y nos pusiéramos de acuerdo alrededor de un proyecto político, pero no se alcanzó nada.

– ¿Y Carlos Andrés Pérez? 

– Ese es otro tipo de hombre. Carlos Andrés es un aventurero, muy astuto, muy ambicioso.

– ¿Recientemente no lo ha visto personalmente? 

– No. La primera impresión que yo tuve de él fue cuando él era viceministro del Interior, y el Ministro era Dubuc, ya entonces se revelaba como un hombre muy ignorante y muy ambicioso. 

– ¿Durante la dictadura de Pérez Jiménez, Pedro Estrada no lo hostigó? 

– No. Yo tenía una gran ventaja, entonces, y era que Laureano (Vallenilla) me conocía a mí desde niño, teníamos una buena amistad. El era muy culto, hablaba muy bien francés e italiano, era muy inteligente, y me imagino que Estrada no se metía conmigo por que sabía de mi amistad con Laureano. Por cierto, él me contó una de esas cosas típicas de la picaresca venezolana. Cuando entró a Miraflores después del golpe de estado a Gallegos, se encontró con uno de esos tipos que parecía que había nacido en Miraflores. Pues cuando vio a Laureano se le precipitó encima a felicitarlo, diciéndole: “Don Laureano, al fin salimos de esa gente.” Y entonces Laureano le dijo: “¿Y tú no eras adeco, chico? Y el hombre le respondió: “Jumm, eso creían ellos”.

– ¿Chávez? 

– Un delirante, ignorantísimo, dice disparates, qué desgracia, el país no logra encaminarse. Pero era muy difícil que Venezuela pudiera encontrar su camino, trató de encontrarlo con López y con Medina, después vino el 18 de octubre y los gobiernos militares y esto se fue, se perdió. Este hombre habla con una arrogancia y una suficiencia increíble, a él se le han pegado algunas frases que ha oído, como esa del liberalismo salvaje, eso lo llena de felicidad. No puede haber liberalismo salvaje, el liberalismo es la flor de la civilización, el tolerar la divergencia. 

– El liberalismo está fundado sobre la tolerancia, el respeto al individuo, el respeto al otro. 

– Creo que era Voltaire el que decía: “Yo odio lo que usted dice, pero odiaría más que usted no lo pudiera decir”.


La casa por dentro 

– La vida íntima del doctor Uslar es poco conocida, entre otras razones porque en su vida pública no ha dado señales de que en la intramuros pase algo que suscite el más mínimo asombro. Sin embargo, en sus hábitos, en la estructura familiar, reposan claves de significación para comprender la obra y la personalidad de este venezolano que signa con su presencia todo el siglo XX que concluye. 

– Yo me casé el año 39 con una mujer de la que guardo el más grato recuerdo: mi mujer fue excelente.

– En su poema, Aniversario, se recoge ese sentimiento. 

– Así es. Mientras más recuerdo a Isabel más ternura siento por ella, una mujer excepcional, no tenía un pelo de egoísmo, era el ser más desprendido, más abnegado, más leal que podía haber. A mí me hizo mucho bien, me ayudó mucho su presencia, su ayuda. Era una mujer discreta, educada. Conmigo fue excepcional. Hay que ver lo que fueron esos años que pasamos en el exilio en Nueva York y cómo me ayudó Isabel, en todo.

– Sus batallas tuvieron lugar fuera de la casa, ningunas puertas adentro, ¿no? 

– Siempre he tenido una vida privada muy serena. Nunca he tenido una vida conflictiva en lo personal. Mi vida ha sido muy clara, muy diáfana. Tuve la suerte de encontrarme con mi mujer, que fue inmejorable, con ella no tuve nunca ni una discusión.

– Qué suerte, qué gran suerte. 

–Sí, realmente que sí.

– ¿A su mujer le gustaban sus libros? 

– Ella era muy poco intelectual. Era una muchacha venezolana, de una familia muy tradicional, los Braun Kerdel, su padre era don Carlos Braun. Cuando yo resolví casarme, recuerdo que fui a hablar con don Carlos, que era un hombre muy serio, muy respetable, pues le dije: “Mire don Carlos, yo estoy muy enamorado de Isabel y me gustaría casarme con ella, si usted no tiene inconveniente”. El me dijo: “No chico, estoy muy contento con el matrimonio, lo único que te aconsejo es que dejes la política”.

–Usted no le hizo caso. 

– No.

– Eso que la gente llama hobbies, distracciones, usted no los ha tenido, ¿no? 

– Hobbies nunca he tenido. Eso de ponerse a criar pájaros y cosas por el estilo, nunca me ha interesado.

– ¿A qué se dedicaba cuando se iba para la casa de la playa? 

– Llevaba libros y me dedicaba a leer, y aprovechaba la orilla del mar para llevar una vida más sana. Yo nunca he sido fiestero, entre otras cosas porque yo no tomo, tomo muy poco.

– ¿Tampoco ha sido fumador? 

– Sí, eso sí, toda mi juventud fui fumador, pero lo dejé hace muchísimos años.

– ¿Ha sido de buen dormir? 

– De muy buen dormir. Nunca he tomado una pastilla para dormir, nunca en mi vida. Además, toda mi vida he dormido siesta. Por lo general duermo una hora y media después de almuerzo.

– ¿Con qué sueña? 

– Sueño mucho. De repente sueño cosas con cierta continuidad, en las que me encuentro en situaciones determinadas.

– ¿De alguno de esos sueños ha salido algún cuento suyo? 

– No.

– ¿Sueña con su infancia? 

– No. Sueño con cosas raras, mi situación actual, pero en condiciones raras, con gente que no conozco.

– ¿Alguna vez imaginó que iba a tener una vida tan larga? 

– No, aunque mi familia ha sido bastante longeva. Mi padre murió de ochenta y tantos. Yo tengo ya 94.

– Muy bueno, ¿no? Ha visto tanto. 

– Tiene su balance, también he visto cosas que no hubiera querido ver.

– Sí, pero su vida ha sido plena. 

– Sí lo ha sido. Yo no lamento nada de lo que he hecho en mi vida, y esto es difícil decirlo. Siento que hice lo más que pude dentro de lo que yo soy. Siempre me sentí con mucha obligación con el país, no sé por qué.

– ¿Cómo es la vejez? 

– Lo va aislando a uno, le va atenuando los sentidos. La memoria se afecta muchísimo, se hace uno olvidadizo, de modo que tiene muchos aspectos negativos. De Gaulle decía que la vejez era como un naufragio.

– Pero usted la lleva con serenidad. 

– Sí, la verdad es que yo he tenido siempre mucho equilibrio. Es mi manera de ser, una condición de la sensibilidad. Nunca he sido un hombre de extremos y la violencia me parece horrenda, lo peor.

El laberinto de la creación 

Aunque para el doctor Uslar no es fácil hablar de su obra literaria, el tema es naturalmente insoslayable. Se siente más a gusto hablando de Venezuela que de sus tareas con la palabra. Sin embargo, vence las resistencias y se detiene en este aspecto fundamental de su vida. 


– Yo no soy producto de ningún plan, de ningún proyecto que yo concibiera hasta ahora, fui un producto de mi manera de ser, de mi manera de entender y de sentir, de mi noción de lo que era el país. Yo creo que he sido uno de los escritores más venezolanos que ha habido, preocupado por el país. Toda mi vida me he valido de todos los medios, por ejemplo, la labor que yo hice con la televisión no la hecho nadie en Hispanoamérica, divulgando conocimientos de una forma sencilla y directa.

– ¿En los años recientes, ha tenido entre manos algún proyecto literario? 

– No, por Dios, ya no, no puedo hacerlo. No puedo dictar, una obra de creación no se puede dictar. Se puede dictar un poema, una exposición sobre algo, pero una obra de creación literaria es algo muy íntimo, con otros mecanismos.

– La relación suya con otras manifestaciones artísticas ha sido principalmente con la pintura, ¿no es así? 

– Siempre me interesé mucho por la pintura y por la fotografía.

– ¿La música le ha sido más ajena? 

– He oído mucha música, pero no la he estudiado en serio. Sigo oyéndola con mucha frecuencia.

– ¿Cuáles son sus compositores preferidos? 

– Me gustan los románticos y los autores de principios de siglo, Stravinsky, entre ellos, los rusos, pero estoy muy lejos de ser un experto o un melómano.

– ¿Hay algún libro suyo al que le tenga más cariño que a otro? 

– Es algo muy difícil de decir, desde luego, pero Barrabás, que fue mi primer libro, tiene una significación extra literaria para mí.

– ¿Hay algunas obras que le hubiera gustado escribir y no lo hizo? 

– Ah, bueno, eso sin duda alguna. Una vez que me metí en política eso me perturbó mucho y después, cuando hacía programas de televisión, pues ya se me hacía muy difícil estar investigando.

– ¿Se estableció alguna disciplina para la escritura? 

– Una disciplina en particular, no. Siempre he sido disciplinado por naturaleza.

– ¿Prefería escribir en la mañana o en las tarde? 

– En la mañana era más fácil porque había menos compromisos, en la tarde siempre habían invitaciones, reuniones, visitas.

– Cuando escribió novelas, ¿se hacía un plan general de la obra previo o estas se iban dando de acuerdo con la navegación? 

– En general, las novelas mías no son novelas. En realidad, son reconstrucciones históricas, así es El camino de El Dorado y Las lanzas coloradas.

– Supusieron una investigación muy acuciosa. 

– En algunos casos sí. Incluso algunos de mis cuentos son así, otros no. Recuerde que mi obra cuentística es muy extensa, yo debo dejar alrededor de 70 u 80 relatos, en total.

– ¿Cómo valora sus obras de teatro? 

– Me gustan mucho, por ejemplo, creo que Chúo Gil es de lo mejor que yo he hecho. El teatro es muy difícil porque es algo participativo. Uno es dueño de su prosa hasta un punto, pero en el teatro no.

– ¿Tiene previsto algo en relación con sus Obras Completas? 

–No

– ¿Se deben organizar temáticas o genéricas? 

– Creo que llegará el momento en que alguien se ocupe de eso.

– ¿Tiene alguna sugerencia para esa persona? 

– En la Fundación Polar hay un grupo que se ocupará de la divulgación de mi obra. Ellos tienen todos mis originales y mis documentos. Hay una inmensa cantidad de material allí.

– Háblenos de sus gustos literarios, por ejemplo, ¿la lectura de El Quijote le ha acompañado? 

– Nunca fui muy lector de El Quijote. La prosa cervantina siempre me sonaba un poco teatral. Claro que es un grandísimo escrito, pero me interesan mucho más las novelas y los entremeses de Cervantes.

– ¿Y Quevedo? 

– Ahh no, Quevedo es el más grande escritor de lengua española. Ese es un monstruo, no solamente La vida del buscón, que es muy buena, sino Los sueños. Esta es una de las grandes obras de la literatura de todos los países y de todos los tiempos.

– ¿Gracián? 

– Muy valioso.

– ¿Borges? 

– Conocí a Borges. Era un hombre muy grato, muy fuera del mundo. Su ceguera lo aislaba mucho, siempre andaba como en una especie de monólogo. Ficciones es un libro extraordinario, una de las grandes obras de la literatura castellana.

– ¿Y los filósofos? 

– Yo no he estado adscrito a un pensamiento filosófico, he sido un poco vagabundo.

El color del futuro 

– A lo largo de estos diálogos finiseculares, el fuego de la actualidad política venezolana estuvo siempre presente, siempre con la perspectiva del que la ausculta para otear el futuro. Preguntas que desde joven acicatean a Uslar: ¿hacia dónde vamos?, ¿cómo construimos un futuro mejor? 

– Yo no soy optimista, soy muy pesimista, es que uno no ve qué puede pasar con Venezuela. Desde el punto de vista del azar, pues puede pasar cualquier cosa, pero desde el punto de vista de un desarrollo más o menos lógico, no se ve, no hay propuesta para Venezuela. No hay partidos políticos, los aparentes dirigentes que hay son una gente de muy segundo orden, estamos muy corrompidos. No nos podemos comparar con otros países cercanos, con Colombia no nos podemos comparar, ni con el Perú mismo y no digamos con Argentina, Uruguay o el Brasil, que es esa inmensidad. Estoy muy angustiado con esto que está pasando con este país. Este es un momento muy malo, muy peligroso, hay mucho dinero, muchísimo dinero y no hay orientación. La educación es un desastre, la política espantosa, no hay debate, el país está sin rumbo, sin destino, sin clase dirigente, hay aventureros, pícaros, gente que tira la parada.Ahora hablamos de revolución, es muy curioso, la idea de revolución desapareció del mapa. En este momento no queda ningún poder revolucionario en el mundo, menos en Venezuela, claro, y Cuba. Lo trágico es el nivel de la gente que nos gobierna. Yo oía a Chávez el domingo, qué cantidad de disparates dijo y con qué autosuficiencia, con qué arrogancia. Este es un país muy infortunado. Era muy difícil que aquí las cosas hubieran pasado de otra manera, porque este fue siempre un país muy pobre y muy atrasado, aislado, lleno de inestabilidad, de golpes de Estado, de eso que llaman revoluciones y, además, apareció esa riqueza inmensa del petróleo en manos del Estado, que provocó una distorsión total. Si alguien se atreviera a hacer un estudio sobre la idea de revolución en Venezuela, se vería lo que ha costado, lo que ha significado, lo que contiene, lo que expresa, es lamentable.

Ya le digo, yo estoy en un estado de ánimo muy malo, no tengo esperanzas, estoy como en el infierno de Dante. Aquí no hay de dónde agarrarse, es lastimoso un país sin clase dirigente, aluvional, improvisado, improvisante, improvisador. Hay que ver lo que hubiera sido este país con esa montaña de recursos, si el gobierno hubiera tenido un poquito de sentido común.

jueves, 24 de julio de 2014

Gringolizados

  


"El corazón tiene razones que la razón no entiende" (Blaise Pascal, 1623-1662)

He decidido hacer un pequeño alto en los proyectos que me llevan semanas absorbido, para escribir de algo, alejado de lo académico, pero no, según mi punto de vista, de lo racional; ya en mi post ciencia y política, adelantaba lo que era mi visión en estos temas.

La política, como bien es sabido, y con esto no quiero presumir de descubrir el agua tibia,  juega con las emociones, con las pasiones humanas, llamémosles altas o bajas, pero pasiones al fin, están completamente alejadas de lo racional y lógico, esto ocurre lamentablemente, y hago énfasis en lo lamentable del asunto, en detrimento de nuestro desarrollo intelectual y del progreso de nuestras sociedades.

Con esto quiero hacer un breve comentario sobre el conflicto Palestino-Israelí y la visión de muchos amigos venezolanos, que como si llevasen un casco “anti-pensamiento”, se pronuncian contra Palestina o contra Israel, ignorando la masacres que se viven en esa zona.

Todo esto ocurre, porque en su afán populista-aparentista  internacional del régimen castro-chavista, ahora por accidente “Madurista”, aprovechando la coyuntura de cada conflicto, se posiciona siempre del lado que denominan “anti-imperialista!”, palabra que podríamos rebatir primero preguntando, ¿No es el Gobierno cubano el Imperio que dirige al Estado venezolano? con lo cual la excusa de “imperio extranjero”, no aplica en este caso; y otra pregunta ¿Por qué si son tan anti-imperio, le siguen vendiendo a precio preferencial petróleo a los Estados Unidos de Norte América? y lo que es peor ¿Por qué a pesar de ser Venezuela un país productor, se le compra gasolina al mismo imperio de los Estados Unidos de Norte América?, como la respuesta debería ser “racional”, no espero que ninguna persona con sus gríngolas pasionales, quiera responderlas.

Toco este tema, sin desprenderme del origen de este post, porque he llegado a la conclusión de que las Dictaduras, o regímenes totalitarios, tienen, entre muchos otros los dos siguientes efectos en sus sociedades, afectando por igual a quienes estén a favor o en contra del régimen en cuestión:

1.      Les hacen creer que “todo lo de fuera es malo o peor”, que por más mal que se esté, siempre afuera se está peor, y todo “está mal”, porque lo correcto es lo nuestro. (Este principio aún se ve en la sociedad española pese a los años que lleva Franco de enterrado, y lo veo ahora en la sociedad venezolana con su defensa a ultranza de que “prefiero pasar hambre aquí, que ir a una sociedad en crisis, por ejemplo, sin pensar que la crisis más fuerte de otro país, no le llega ni por los tobillos al caos económico actual de Venezuela), esto da origen al segundo efecto:
2.      Rechazo del emigrante: quien emigra es traidor, los que “nos quedamos” somos héroes “naturales”, aún si esos que se marcharon se han tenido que exiliar, nosotros “somos los buenos”, eso como se puede ver es una extrapolación humana del punto anterior, aún cuando haya estado 10 años viendo que pasa en el país por la TV, yo soy el héroe porque "no me he ido"
3.      Si soy opositor: Todo lo que la dictadura apoye es malo; sea bueno o no, sea una causa justa o no, esto es como llevar una gríngola que no me permite ver más allá de lo que tengo al frente. Esta estrategia deja al opositor en manos del régimen, porque como toda dictadura defiende alguna que otra causa justa con fines propagandísticos, el opositor queda como el dictador lo describe: Un radical, un fascista, etc. , haciéndole un flaco favor, al régimen opresor de turno.
4.      Si soy afín al régimen: Todo lo que pa dictadura apoye es bueno, da igual que sea un acto terrorista o no, comenzando porque no considera a la dictadura como tal, sino como una de las mejores democracias, pero también lleva una gríngola puesta, que no le permite “pensar” y analizar su opinión.


Las personas con gríngolas, al igual que los caballos, aumentan su "velocidad" de avance, avasallan con sus respuestas vacías de sentido, como los caballos corren rápido pero no piensan, si bajasen su velocidad correrían el riesgo de "pensar" y eso, no le gusta a los poderosos.

Luego de escuchar sus argumentos, sería bueno preguntarle: "¿Y tú que piensas?" incluso: "¿Piensas?"




Deberíamos de cultivar la capacidad de abstraernos para analizar cada conflicto por separado, independientemente de qué “tonto” lo apoya; deberíamos quitarnos los cascos y las gríngolas que llevamos puestas a todos lados, sin ni siquiera ser consciente de ello, y razonar!!! … que últimamente se está volviendo, cada vez más, un gran lujo.

Ejercer la libertad del pensamiento... nos hace dudar, y entonces pensamos... 

"Dudo, luego pienso... pienso, luego existo" (Descartes)


Dr. Jesús E. Martínez Marín
Ph.D

viernes, 30 de mayo de 2014

Por qué ganan los Radicalismos.

En todas las relaciones, siempre hay una contraprestación de “algo” a cambio de “algo” para que funcione; cuando uno de esos equilibrios se rompe, comienza a resquebrajarse el vínculo que mantenía unidas las diferencias, entendiendo como tal, personas, grupos, sociedades etc.

Con la Unión Europea ha pasado exactamente lo mismo, al principio representó para muchos países, una ilusión y un sueño, de posicionar a un continente en acuerdo en muchas ideas en común, estos acuerdos, ya que esta unión representaba  muchos beneficios en todos los sentidos, para una grupo de países cercanos y vecinos, que querían competir en el mundo.

Esa unión, utopía casi perfecta, por supuesto siempre ha tenido detractores, por diferentes razones, las cuales podríamos detallar de la siguiente manera:

·        Nacionalismo a ultranza, cosa que podría llegar a ser legítimo.
·        Pensamiento mezquino o egoísta de que si soy un país rico no quiero ayudar a un país pobre
·        Diferencias de opiniones en aspectos financieros, políticos y sociales.

Aún así, en medio de “todo”, la Unión salió adelante, con sus más y sus menos, pero la crisis económica hizo que esas balanzas económicas se desfasaran, ya que entre unos y otros se habían comprado y vendido su propia deuda, y a su vez, a los Estados Unidos, con lo cual el efecto dominó no se hizo esperar y se vino al suelo el tan querido “Estado del Bienestar”, entendiendo como tal, no el consumismo exagerado, sino aquella condición que permite, al menos con un sueldo, vivir dignamente.

A partir de ahí:
·        Vinieron medidas anti-populares que solo afectaban a los más desfavorecidos
·        Se  fulmina a la clase media.
·        Se pierden millones de puestos de trabajo
·        Se pierden derechos laborales
·        Se adecúa el mercado de empleo, a medida y gusto del sector empresarial.

Esto genera un descontento importante en la sociedad:
·        Se genera un descontento-decepción de los ciudadanos en el proyecto Europeo
·        Nace una sensación de “desahucio moral” ante tantas injusticias políticas
·        La corrupción política generalizada acaba de  decepcionar también a la sociedad
·        La impunidad como status quo de los políticos
·        Los del Norte creen que le pagan la vida a los del Sur
·        Los del Sur creen que la democracia casi no existe y quien manda es el norte.

Todo esto es el caldo de cultivo ideal para que los discursos populistas calen en las masas, si, en las masas cansadas, y genera reacciones como las siguientes:
·        La mayoría se abstiene de votar
·        La masa seducida por el discurso radical acude masivamente a las urnas, que aún siendo poco porcentaje del total de votos, pueden sacar grandes mayorías.


(Imagen tomada del blog politicailogica.worpress)

De ahí vino el triunfo de los radicales, que no nos engañemos, su discurso tiene muchas certezas, muchas verdades irrefutables, en cualquiera de sus polos, pero los extremos se tocan, ingenuo error cometeríamos al llamarlos de izquierda o derechas, porque “son lo mismo”, personas que con el pretexto de su ideología, se separan de las demás y no aceptan al otro ni mucho menos quieren llegar a un acuerdo o consenso para solucionar las situaciones, basados en la “culpabilización” del otro, que convierte al “adversario” en “enemigo”,  y con buena habilidad verbal e intelectual, emborrachan las consciencias generando esa ilusión perdida, pero con fines poco transparentes; en resumen: GANÓ LA CULPA!


La decepción generó abstención; el buen discurso de los radicales generó ilusión en los decepcionados, culpabilizar al diferente, al otro, a quien piensa de otra manera,  a quien tiene creencias diferentes, ese sentimiento ha ganado muchas elecciones.

Dr. Jesús E. Martínez Marín
Ph.D